Que Solos Se Quedan Los Muertos

Un periodista argentino exiliado en Mexico, José Giustozzi, recibe un día una llamada telefónica de una tal Hilda, quien le dice que su amiga Carmen lo necesita con urgencia. Carmen había sido compañera de estudios y rebeldías de José en el pasado. Marcelo, el actual marido de ella, ha sido muerto a tiros, y por esta razón recurren a Giustozzi. Éste va descubriendo una espantosa trama que implica incluso a la Policía en el tráfico de cocaína. Con ocasión de todo esto, José rememora la época de represión en su país, Argentina. El autor advierte que contra lo que pudiera parecer, la novela no es ni pretende ser una novela policíaca, aunque posee todos los elementos para clasificarla dentro de este género. Así en el diario La Nación de Buenos Aires se dice que esta obra fluctúa entre lo policíaco y lo político. Aunque se matiza: Si bien su argumento es de corte policial, las constantes referencias a la Argentina de los últimos quince años le dan un tinte marcadamente político de abierta crítica al postrer gobierno de Perón, al de su tercera mujer y, por supuesto, a todos los del proceso de Recuperación Nacional.